Una partida de ajedrez
La acción transcurre en un barco,
rumbo a Buenos Aires. En él viajan el campeón de ajedrez Mirko
Czentovicz, un individuo huérfano, semianalfabeto y muy poco hábil para
relacionarse en sociedad; McConnor, un acaudalado hombre de
negocios, orgulloso y competitivo y un abogado austriaco, el doctor B. El
narrador es un viajero más, que con la intención de conocer al campeón y
aprovechando el carácter desafiante de McConnor, consigue organizar una partida
de ajedrez que unirá a todos los personajes.
El campeón acepta jugar una
partida múltiple con todos los aficionados a cambio de una remuneración.
Durante el desarrollo del
encuentro y en un momento decisivo, el doctor B, que va pasando por el lugar,
se detiene y propone algunas movidas que los llevan a “tablas”.
El campeón solicita la revancha
con el Sr. B y aunque éste afirma no haber jugado ajedrez hace más de veinte
años, finalmente acepta.
En este punto, el autor nos
cuenta la historia de este personaje que
huye de los nazis. Éstos lo han mantenido encerrado durante meses, aislado, sin
poder hablar con nadie aparte de sus vigilantes. Nos cuenta cómo se va deteriorando día a
día. Sentimos las cuatro paredes que lo encierran, la claustrofobia, el agobio,
llegamos a involucrarnos tanto en su historia que se nos contagia su soledad.
Cuando empieza a perder la cordura, no podemos evitar sentir pena y desear que
todo se acabe antes de que el daño sea irreparable.
El robo de un libro sobre ajedrez
le permitirá sobrevivir a este vacío intelectual que padece día a día. No obstante, esta única ocupación mental, que
lo libera del vacío, terminará por convertirse en una neurosis aún
mayor que la de su encierro.
Zweig describe con maestría
y un lenguaje sencillo pero efectivo, la forma de actuar del ser humano ante
situaciones límites y comprometidas como el aislamiento. Nos deleita con un
grandioso estudio psicológico de la naturaleza del ser humano, tomando como
marco de fondo al nazismo.
Esta novela habla también de lo peligrosas que
pueden ser las obsesiones, y de los traumas irreversibles que se producen
cuando se somete al cerebro a una tensión extrema durante mucho tiempo.
En poco menos de cien páginas consigue mezclar unos
personajes psicológicamente complejos con la historia de una tortura,
consiguiendo que el relato resulte ameno y adictivo, nos intriga e involucra.
Un texto escrito en prosa,
elegante y sutil, recopilando pinceladas autobiográficas e historias de
jugadores famosos.
Esta novela, una de sus obras más
famosas, fue escrita por el autor en 1941, un año antes de suicidarse y en
plena Segunda Guerra Mundial.
Stefan Zweig (Viena, 1881 – Petrópolis, Brasil, 1942) fue un escritor enormemente popular, tanto en su faceta de ensayista y biógrafo como en la de novelista. Su capacidad narrativa, la pericia y la delicadeza en la descripción de los sentimientos y la elegancia de su estilo lo convierten en un narrador fascinante, capaz de seducirnos desde las primeras líneas. En Acantilado se ha publicado la mayor parte de su obra narrativa y ensayística.
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