El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes


Aleksy, el protagonista, es un pintor en plena crisis creativa que recurre a sesiones de psiquiatría donde busca catarsis y remedio para su bloqueo artístico.


La narración sorprende por su estilo, ya que la autora utiliza un tono directo, crudo, desacomplejado y cruel. A medida que se suscita un cambio en Aleksy, el estilo narrativo se transforma y vemos más ternura, más belleza, más luz y cariño.


Si bien es cierto que la lectura sirve para entretener, no es menos verdadero que también sirve para sentir, emocionarse y dejarse llevar. Es indudable que la autora lo consigue sobradamente.


En resumen, se trata de una hermosa forma de contar una relación madre-hijo.




Tatiana Țîbuleac
nació en la capital de Moldavia, Chisináu, en 1978. Su padre era periodista y su madre editora, por lo que creció rodeada de libros y periódicos.​

Estudió periodismo y comunicaciones en la Universidad estatal de Moldavia y durante esos años ya empezó a colaborar con diversos medios en calidad de traductora, correctora y reportera.​

En 1995 Țîbuleac empezó a trabajar en el periódico FLUX, de gran difusión en esa época en Rumanía. Poco después tuvo su propia columna, llamada "Povești adevărate" ("Historias verdaderas").​

Cuatro años más tarde pasó a trabajar en la televisión, en un canal moldavo llamado Pro TV Chișinău, donde comenzó como reportera y posteriormente fue presentadora. En alguna ocasión comentó que en su trabajo intentaba escribir sobre personas diferentes y no famosas, porque las encontraba más interesantes. 

En 2007 dejó el periodismo y se trasladó a París en 2008. Según ella contó, le vino muy bien el cambio de vida para encontrar un modo nuevo de escribir.

Su primera novela El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes se publicó en 2017. En 2018 publicó su segunda novela Jardín de vidrio por la que le concedieron el Premio de la Unión Europea de Literatura.



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