Todos los días son nuestros



Todos los días son nuestros es una historia conmovedora y cotidiana, una de tantas y que le ha sucedido a tantos, es una historia cualquiera de gente común.


María y Emiliano son pareja desde el instituto. Con treinta años ya cumplidos son la pareja aparentemente perfecta que resulta de la unión de dos mundos tan distintos. Por un lado la burguesía más tradicional que representan Emiliano y su familia y, por otro lado, María, educada de una forma totalmente diferente, librepensadora, como ella misma se define desde niña, con una madre preocupada por el feminismo y los abusos de poder de esa burguesía que tanto detesta. 


Hasta que llega la ruptura y el mundo construido entre los dos se desmorona, y descubren que reconstruir dos vidas separadas es tan complicado como construir una sola juntos. ¿Qué fue La Cosa Terrible que pasó para llegar a la ruptura?

 

La historia es contada en primera persona por su protagonista, María, y la ironía y el sarcasmo están muy presentes en la narración.


Transitaremos con María su camino desde el amor hasta el desamor, el vía crucis del dolor y del miedo a no poder superarlo nunca. Buscará en su vida  esas cosas y esa fuerza que la ayuden a recomponerse y poder empezar una vida sin echar constantemente de menos a quien ha compartido con ella espacios, ha sido su refugio y cuyo olor encuentra por todas partes.


Todos los días son nuestros va más allá de la narración de una ruptura con todas sus caídas y todo su dolor, también nos habla de feminismo, de religión, de las relaciones paterno filiales, de la amistad, del divorcio, del trabajo, del conformismo, de la crisis de la edad adulta, del miedo a estar solos, de las expectativas que nos crean y nos creamos....


El distanciamiento irónico de la protagonista en la narración acaba contagiando al lector, y cuando la historia se vuelve más dramática, resulta bastante difícil volver a ser empática con María. La protagonista camina sin rumbo, sin acabar de encontrar su lugar. Todo ello frente a Emiliano que rápidamente ha sido capaz de retomar su vida incluso con un mejor porvenir.

 

Una historia de desamor que la autora escribe en un estilo muy personal, cercano y fluido y que de algún modo nos recuerda su carrera en el mundo del cine y la televisión.





Catalina Aguilar Mastretta (Ciudad de México, 1984) es hija de Angeles Mastretta y Héctor Aguilar Camín, ambos escritores mexicanos, reconocidos con múltiples premios.

 

Ella es guionista y directora de cine. Ha escrito y dirigido las películas Las horas contigo (2104) y Todos queremos a alguien (2017), y el cortometraje Tabacotla (2008). Suyos son los guiones de la serie histórica sobre México Gritos de muerte y libertad, estrenada en 2010, y del largometraje Echo Park (2014).

Todos los días son nuestros, su primera novela, ha sido alabada por la crítica mexicana por su mirada irónica, tierna y generacional.









 

Comentarios

Entradas populares de este blog

La chica que escapó de Auschwitz

La trenza

Penitencia