Las horas de terciopelo
El punto de partida de la historia es un hecho verídico, un departamento en Paris que ha estado cerrado por décadas, y que al abrirlo, sus descendientes perciben como el tiempo ha quedado detenido en la llamada Belle Epoque. Entre todas las sorpresas que guarda el departamento, se encuentra un deslumbrante collar de perlas y un magnífico retrato de Marthe, pintado por el artista italiano Giovanni Boldini.
"Las horas de terciopelo" narra la historia de Marthe de Florian, su dueña, una famosa cortesana que durante su juventud se dedicaba a coleccionar porcelanas chinas de gran valor, así como también finas obras del siglo XIX. Llenando su existencia con arte y lujos, pretendía evadir los recuerdos de una infancia en Montmartre ensombrecida por la pobreza, de esta manera aprendió a sobrevivir, y encontró el amor en Charles.
Vivió durante toda su vida en su actual departamento, donde nunca salía a menos que fuera para hacer algunas compras, ese lugar era su refugio de amor. Es en este ambiente donde la autora nos narra la historia de Marthe de Florian y su sobrina, Solange, una joven que aspira a ser escritora.
A los dos meses de nacer Solange, su madre fallece así que es criada por su padre que es farmacéutico. En 1938 Solange con sus dieciocho años es inquieta y la sola compañía de su padre los frustra a ambos, por lo que él decide que lo mejor para su hija es que conozca a su abuela.
El acercamiento entre nieta y abuela se da de manera pausada, y de a poco. Gracias a estos encuentros vamos conociendo la vida de Marthe, quien tuvo que vivir el amor de manera clandestina y que lo aceptó con tal de tener riquezas y salir de donde venía.
La historia es tranquila, elegante y sensual, gracias al personaje de Marthe.
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