El cielo es azul, la tierra blanca


Hablamos de una historia de amor, donde llama la atención la ausencia de romanticismo y de un cortejo como tal, no hay adornos, no hay dramas exagerados ni innecesarios. Esta es una relación singular.

La narradora se llama Tsukiko, una oficinista casi en los cuarenta, soltera, con una personalidad un tanto huraña e independizada desde hace años. Él, Harutsuna Matsumoto (el maestro) es un profesor jubilado, viudo y amante de la poesía y de la naturaleza.

Son los protagonistas principales y pueden definirse como “raros”, individuos carentes de habilidades sociales y atractivo físico, realmente, son grandes solitarios. Se reencuentran pero sin la conciencia ni la voluntad de iniciar una relación sentimental. Ninguno de los dos está “en el mercado”. Todo surge de manera espontánea, porque ambos frecuentan la misma taberna y la coincidencia al pedir un menú es la excusa para comenzar a hablar.

La distancia entre ellos se va acortando de forma progresiva con los sucesivos encuentros, siempre casuales, dado que, al no esperar nada de la relación, no siguen las pautas corrientes para conocer a alguien, como acordar citas o intercambiar teléfonos. Ambos están encerrados en sí mismos; no sienten deseos de compartir sus rutinas con nadie.

Esta condición de solitarios causa dificultades en el curso de su historia: se abren el uno al otro muy despacio, su relación está hecha de silencios, de pasos inseguros, tranquila, pausada, serena, sin explosiones de pasión ni de ira.

El relato de Hiromi Kawakami, su autora, con un estilo que es más de insinuar que de concretar, siempre tenue, preciso y delicado, logra que la historia funcione.



Hiromi Kawakami es una escritora japonesa que nació el 1 de abril del año 1958 en Tokio.

Estudió Biología en la universidad Ochanomizu, centro público de alumnado exclusivamente femenino en donde presentó una tesis sobre la reproducción de los erizos de mar.

Trabajó como profesora de instituto y debutó como escritora en los años 90 al ver publicado “Kamisama” (1994), un relato que le valió el Premio Pascal al Relato Corto.

Poco después logró el premio Akutagawa por “Hebi Wo Fumu”.

En el año 2001 consiguió otro premio, el Tanizaki, por la novela “El cielo es azul, la tierra blanca”.

En español también se han publicado “Abandonarse a La Pasión” (1999), libro de relatos sobre amor y desamor; “El Señor Nakano y las mujeres” (2005) 

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