Oona y Salinger
Desde
el comienzo, el autor nos explica claramente que su premisa ha sido crear una
novela a partir de unas cartas que Oona O´Neill y J. D. Salinger se
escribieron durante la guerra. Estas cartas pertenecen a la familia Chaplin
quienes se negaron a hacerlas públicas. Basándose en la técnica de la ficción,
en la que todos los hechos y fechas son reales, Beigbeder escribe una historia de
desamor, llenando aquellas lagunas que el tiempo y la discreción de sus
protagonistas nos ha impedido conocer.
Comienzan
los años 40 y estamos en Nueva York, en el Stork Club. Tres muchachas ríen las
ocurrencias de un joven y rubio (16 o 17 años) Truman Capote, procedente de
Nueva Orleáns. Ellas son El Trío de las Herederas: Gloria Vandebilt, Oona
O´Neill y Carol Marcus.
En el otro lado de la barra está Jerry Salinger, con 21 años y en ese momento, un estudiante y aspirante a escritor.
Salinger
se acerca a la mesa y entabla conversación con Oona, quien en esa época tenía
apenas quince años y es conocida como la hija del gran dramaturgo y Premio
Nobel de Literatura, Eugene O’Neill.
Los
dos se conocen, se gustan y entablan una relación platónica que no desemboca en
nada. Se convierten en novios, pero ella no se entrega, mantiene
las distancias y nunca le da mayores esperanzas.
Tras el
bombardeo de Pearl Harbour, Jerry se va al frente con el objeto de mostrar su
valor a Oona, trabaja en inteligencia militar, desembarca en Francia el Día D,
camina entre cadáveres en la playa Utah, ve demasiados cuerpos destripados y se
horroriza ante los supervivientes de los campos de exterminio.
Lamentablemente ella, en vez de esperarlo como en cualquier buena película romántica, se casa con un hombre treinta y cinco años mayor, mundialmente famoso y millonario: Charlie Chaplin.
Beigbeder no ahorra en acidez hacia la
actuación de los soldados en el campo de batalla y relata con crudeza el paso
de Salinger por el servicio militar como oficial de contraespionaje, una experiencia que, seguramente, lo
marcó en su trayectoria como escritor.
Sin
embargo, Jerry no sale indemne de la guerra. Intenta suicidarse, sufre
depresión y estrés postraumático, se encuentra en un "permanente estado de
abatimiento" y es hospitalizado. Cuando vuelve a casa es otra persona.
En síntesis, el gran trabajo de Beigbeder es recrear las
cartas que Salinger y Oona se enviaron desde que sus caminos de separaron. Para
ello, interpreta los sucesos, llena espacios vacíos con imaginación y destreza,
recrea momentos y los convierte en literatura, en buena literatura, con
descripciones y diálogos, apoyados en documentación real.
Frédéric Beigbeder (Neuilly-sur-Seine, 1965) es autor de varias novelas, un libro de cuentos, tres ensayos y tres libros de entrevistas. Desde 2013 dirige la renacida revista Lui.
Durante diez años simultaneó su trabajo publicitario con colaboraciones como cronista de la noche o crítico literario en revistas, periódicos y programas de radio y televisión. Con 13,99 euros tuvo un éxito extraordinario. Fue despedido fulminantemente de la agencia de publicidad en la que era un brillantísimo creativo, pero encabezó durante meses las listas de los libros más vendidos.
En España, la novela tuvo también una acogida espectacular: «Impagable testimonio de un profesional que durante años ha alimentado las calderas de la publicidad con un afilado ingenio» (Llàtzer Moix, La Vanguardia).
En Anagrama han aparecido también otras
cinco novelas del autor, El amor dura tres años, Windows on the World (Pre-mio Interallié), Socorro, perdón, Una novela francesa (Premio Renaudot) y Oona y Salinger, así como Último
inventario antes de liquidación, en el que reseña de forma aguda y
desenvuelta los cincuenta mejores libros del siglo XX según una encuesta
llevada a cabo por Le
Monde y la FNAC.
Comentarios
Publicar un comentario