Espuelas de papel
La novela nos
narra la historia de Manuel Merchán y su familia, quienes viven en
un pueblo andaluz donde cada vez pasan más hambre llegando a una situación
insostenible. Una vez viudo, Manuel decide emigrar a Barcelona con sus hijos,
huyendo así de la pobreza.
Juana Merchán, la hija mayor de
la familia y protagonista principal, representa la necesidad misma. Llegó a Barcelona
tan solo con un miserable vestido, unas mudas, una bata y una modesta maleta de
cartón que sujeta con sus manos vendadas, fruto de las heridas del último lugar
donde ha servido. Encuentra trabajo en casa de Salud Monterde, una
mujer que oculta ciertos secretos y lleva un negocio bastante sórdido junto con
sus dos hijas. Gracias a este trabajo Juana conoce a Liberto Pech, un
joyero mayor que ella.
Liberto es un
hombre mutilado por la guerra, huraño y solitario. Aún se encuentra atrapado en
su pasado, en su huida a Francia, en los campos de concentración y en la pena
de prisión al regresar. Solo encuentra consuelo en el vino de Gandesa.
Habita una
humilde vivienda llena de libros y como no le dan trabajo debido a sus
antecedentes, malvive haciendo arreglos de relojero. Solamente sale para
abastecerse de víveres, de vino, y a firmar periódicamente en la comisaría
Layetana su vínculo con el pasado.
Son dos vidas
que el destino cruza sin perspectiva de futuro.
A través de
un estilo firme, poético y muy cuidado, utilizando un vocabulario rico y
variado la autora nos describe la miseria y el hambre de los años 50, que
provocó que muchos andaluces emigraran hacia Cataluña.
La gestión
del tiempo narrativo en la novela es impecable: pasado y presente se funden
revelando las medias mentiras, un pasado doloroso que todos tratan de esconder
sin demasiado éxito.
Comentarios
Publicar un comentario