Los colores del incendio


 

Los colores del incendio es la segunda entrega de la trilogía de entreguerras iniciada por Lemaitre con Nos vemos allá arriba, Premio Goncourt 2013.

Ambientada entre 1927 y 1933, se inicia con el funeral del patriarca familiar Marcel Péricourt, padre de Edouard, el héroe desfigurado superviviente de la Primera Guerra. Con un acto multitudinario al que asiste todo aquel que es, o aspira a ser, alguien en París, se inicia el desfile de la ceremonia.

Desde el segundo piso de la mansión Paul Péricourt, hijo de siete años de Madeleine contempla el acto desde una ventana. Súbitamente cae en el vacío y aterriza encima del ataúd de su abuelo. Sorpresa, escándalo, nadie sabe cómo ha podido suceder.

Las convulsiones que provoca este fallecimiento las conoceremos en la primera parte de la historia. Como única heredera del patrimonio familiar y la dirección del banco Péricourt queda Madeleine, separada de su primer marido y reacia a contraer un segundo matrimonio. Una mujer culta y sagaz, pero que ha quedado impensadamente a cargo de un imperio, un rol para el que no ha sido entrenada. Con ella, a través de las vicisitudes familiares recorremos un período tormentoso, no sólo en Francia sino en toda Europa, la crisis del 29 llega a pasos agigantados. Fraudes fiscales, evasión de capitales, corrupción moral de los más afortunados, las actuales estructuras económicas empiezan a fraguarse en esos años.

En la segunda parte la intriga predomina: las estratagemas se suceden, un gran trabajo de precisión que Lemaitre ejecuta como un maestro, sin perder de vista el entramado histórico-social que continúa siendo su telón de fondo ni las denuncias políticas y la crítica social.

Vemos también el auge del fascismo en Italia, y las simpatías que produce en muchos jóvenes, y sobre todo vemos florecer el nazismo en Alemania. Hitler avanza, despacio pero seguro, hacia la nueva devastación de Europa que terminará por ser su propia devastación.

Una historia narrada en una prosa sumamente enérgica y llena de brío, con una trama adictiva repleta de sorpresas y algunos toques de humor.

Lo novedoso es que la heroína es una joven inexperta, un personaje femenino vulnerable, en un tiempo en que había ausencia de mujeres en las empresas y también en las de carácter familiar.

 

 

 

 

 

 

 

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