La edad del desconsuelo

 



La novela es la historia de Dave, un dentista de 35 años, casado con Dana, el amor de su vida, una dentista guapa y decidida con la que ha tenido tres encantadoras hijas. ­Lizzie, la mayor, es toda ojos, reacciona a cada estímulo visual, Stephanie, la segunda, todo lo escucha, oye primero y después busca y Leah, que es puro tacto y necesita el abrazo constante.

 

Un buen día, cuando Dana, desde el asiento trasero del coche deja escapar una frase, “nunca más volveré a ser feliz”, Dave, comienza a sospechar que su mujer tiene un amante o que está enamorada de otra persona. Sin abrir la boca, comprende que estas palabras son el comienzo del fin.

 

“Tengo treinta y cinco años y creo que he alcanzado la edad del desconsuelo”.

 

La autora no presta atención al drama de la situación, más bien se centra en el vacío que se forma tras el inicio del huracán.

 

Esta novela es una reflexión sobre el desgaste de la convivencia, la cotidianidad y el amor. Esa renuncia por un bien mayor, abandonar un amor por otro, abandonar el amor de tu pareja por el amor de tus hijos, es una decisión que solo puede llevar al desconsuelo.

 

En suma, es una invitación a meditar acerca de quienes somos en realidad, cuánto conocemos a los demás y cómo un día cualquiera, la primera grieta puede inaugurar la edad del desconsuelo.

 

 


Jane Smiley, escritora americana nacida en Los Ángeles en 1949, es conocida sobre todo por su novela Heredarás la tierra, ganadora del Premio Pulitzer de 1992 y que fue llevada al cine cinco años después. Vive en Carmel Valley, California.

 

Smiley creció en Saint Louis y se formó en Artes en la Universidad de Vassar, doctorándose en la Universidad de Iowa, donde más tarde impartiría clases durante más de una década. Smiley también formó parte del Programa Fulbright, gracias al cual estudió en Islandia durante su doctorado.

 

Además de su obra ya mencionada, la autora cuenta en su haber con otros títulos como La edad del desconsueloLa edad de la aflicciónEl paraíso de los caballos o Un amor cualquiera.


En 2001 Smiley fue elegida miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras.

 

 

 

 

 


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