El niño que perdió la guerra

 

La novela está situada en la España de finales de la Guerra Civil y en la Unión Soviética, bajo el mando de Stalin.


Nos cuenta la historia de Pablo, un niño de 5 años de una familia republicana española al que, en los últimos meses de la Guerra Civil, su padre Agustín envía a la Unión Soviética para que tenga un mejor futuro en la patria de los trabajadores.


A pesar de la oposición de Clotilde, madre del pequeño Pablo, Boris se llevará al pequeño, tras haber prometido al padre que lo cuidará y protegerá hasta que ellos también puedan trasladarse a la Unión Soviética. Anya, esposa de Boris, acogerá y cuidará del niño igual que a su propio hijo. 


Dos mujeres unidas por el destino de un niño y enfrentadas al mismo espejo: las ideologías totalitarias que dominaron en el siglo XX. Ambas verán sus anhelos y esperanzas cercenados.


La historia nos muestra que los extremos se dan la mano, no son antagonistas ante los ojos de quienes los sufren. Nos traslada, por un lado, al ambiente represivo e incierto de una España gris en la que el nuevo régimen se muestra implacable con los comunistas y por otro lado, a la Rusia estalinista, donde se coarta la libertad y la gente desaparece tras expresar una opinión crítica contra el régimen o bien contra el líder supremo. 


En síntesis, una novela cuyo gran tema es la libertad, entretenida y bien documentada, una novela honesta, sin trucos ni engaños, que nos desarma y emociona.

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