La muerte ajena
Todo comienza una mañana cuando Verónica Balda, una destacada periodista bonaerense, se entera de que Juliana Gutiérrez, una joven de 23 años, ha caído desde un quinto piso en el barrio de Recoleta y está en estado de coma. El departamento pertenece a un poderoso empresario del sector agropecuario, Santiago Sánchez Pardo, sobrino de un militar condenado por delitos cometidos durante la dictadura.
La novela está estructurada en tres partes. En la primera, un narrador omnisciente nos cuenta la vida oculta de Juliana y el dubitativo comienzo de la investigación de Verónica. Ésta no quiere involucrarse debido a su propia historia familiar.
Segunda parte, el caso se convierte en un documental y todos los implicados dan su versión… todos menos Verónica, que se mantiene al margen pues no quiere participar.
Tercera parte: Por primera vez en toda la novela, Verónica encuentra la fuerza para contar su historia. Relata todo desde el momento en que recibe la noticia del accidente de Juliana. Finalmente concluye que por Juliana, debe presentar una querella contra Sánchez Pardo quien está libre por falta de méritos. Pero, más importante aún, decide reconocerla públicamente como su hermana.
Las versiones que circulan sobre la joven que cae al vacío nos dejan perplejos e inquietos. Cada personaje nos ofrece su versión de los hechos y la propia realidad cambia ante nuestros ojos con cada punto de vista.
La novela no es una historia de un crimen sino, más bien, una denuncia sobre las múltiples formas de la injusticia en la sociedad, nómbrese los casos judiciales, las dinámicas familiares, las relaciones de poder disfrazadas de consentimiento.
De igual manera, la autora hace una feroz crítica social abordando temas como la decadencia cultural, la precariedad del futuro juvenil y la hipocresía de una clase dirigente que perpetúa las mismas prácticas opresivas.
Comentarios
Publicar un comentario