La Trilogía de Nueva York
La “Trilogía de Nueva York” está compuesta por tres narraciones que son: La ciudad de Cristal, Fantasmas y La habitación cerrada.
La ciudad de cristal, narra la historia de Daniel Quinn, escritor de novelas policíacas que se ve convertido en detective privado por una llamada telefónica errónea. Una noche llaman a su casa preguntando por el detective Paul Auster y Quinn, sin pensarlo, asume la identidad de éste y acepta el caso que le proponen.
Su cliente, Peter Stillman quiere que sigan a su padre porque cree que éste quiere matarlo. El caso resulta fácil y aburrido, pues el padre de Stillman parece más un hombre senil que una amenaza. Sin embargo, un día Quinn le pierde la pista y, preocupado decide contactar al verdadero Paul Auster para pedirle consejo en el caso. Lo visita y descubre que no es detective sino escritor.
En Fantasmas, el protagonista es un auténtico detective, Azul, que es contratado para seguir a un hombre, Negro, e informar semanalmente de ello. Sin embargo, Negro parece un escritor dedicado a leer y a escribir todos los días y Azul, para combatir el tedio, se imagina posibles historias que expliquen el comportamiento rutinario de Negro.
Es así como los informes adquieren un volumen cada vez mayor. El hecho de querer darle un sentido a una situación que parece no tenerla, termina por desquiciarlo y decide abordar a Negro y averiguar realmente a quién está siguiendo. Aprovechando una salida de Negro, Azul entra en el departamento de éste y encuentra la novela que Negro ha estado escribiendo, resultan ser sus propios informes; de algún modo Azul pasó a ser el “negro literario” de Negro.
En el tercer relato, La habitación cerrada, el narrador es un escritor del cual no sabemos su nombre, se gana la vida escribiendo artículos en revistas. Un día, la esposa de Fanshawe, un amigo de su infancia, lo llama porque su esposo ha desaparecido, dejándola sola con su bebé. Debido al tiempo transcurrido se le considera muerto, y ella decide cumplir los deseos expresados por él, si algo le sucede su gran amigo será quién decida qué hacer con sus escritos.
Con los años, Fanshawe acumuló innumerables escritos, desde poemas y obras de teatro hasta novelas completas, pero nunca quiso publicarlas. Así pues, deja en manos de su amigo la decisión de qué hacer con sus escritos. Éste decide publicarlos bajo el nombre de Fanshawe. Sin embargo, el público y sus editores creen que es el verdadero autor oculto tras un pseudónimo. Auster comienza entonces un juego de confusión y superposición de identidades entre ambos personajes.
Como toda novela de detectives, la Trilogía de Nueva York arranca con un misterio que hace avanzar la trama. Pero el desenmascaramiento del misterio no constituye su objetivo central. No es pues, una novela policíaca.
Existen numerosas interpretaciones de esta trilogía, pero en mi modesta opinión, la siento como una misma novela reescrita tres veces, como si yo recorriera tres veces un largo camino y al final cada relato representa lo que experimenté cada vez. Para mí, lo mejor del libro es constatar que “No puedes saber lo que es verdad y lo que no lo es. Nunca lo sabrás”
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